“En los silos existe una ermita,
construida en el siglo XVII, y que el Beato Juan de Ribera dedicó a la Virgen
de la Cabeza, donde se conserva en el arco toral, […] Dicha ermita está
dedicada, además, a san Roque, en cuyo honor se celebran estrepitosas fiestas”.
Así describía el santuario D. José Sanchis Civera en su conocido Nomenclator.
Y a él nos acercamos, guiados por Luis
Lluch B. Garin, quien en septiembre de 1963 entró en ella y como buen cristiano
se signó con el agua bendita, máxime después de leer los versos escritos en
azulejos, junto a la pila: “Con devoción
reverente / tomarás agua bendita / que es mucho lo que da y quita / con poder
omnipotente. / Da al que se signa en la frente / el remedio a sus males; /
quita las culpas veniales, / fortalece el corazón, / libra de la tentación / y
ahuyenta los infernales”.
Pero antes hemos
contemplado la fachada neoclásica con remate barroco y espadaña adornada por
bolas de piedra y cruz de hierro, escuchando el son de la campana cuya
epigrafía dice: “"SAN ROQUE / RECUERDO DE LOS
/ CLAVARIOS DE SA / ROQUE AÑO 1944-1945 / SIENDO ARCIPRESTE / D DOMINGO SANCHO”.
Cuenta el interior de la ermita con bóveda de cañón de tres tramos, cúpula
achatada sobre el presbiterio y otra menor con linterna y capulín que cubre la
capilla lateral, coro a los pies y altar mayor con columnas estriadas
sosteniendo un relieve que representa la aparición de la Virgen de la Cabeza a
un pastorcillo. Acoge el edificio el panteón del Obispo de Vich y Patriarca de
las Indias Occidentales, Francisco Muñóz Izquierdo (Burjassot 1868-1930).
Lectura: Salmo
42
Oración: Padre. “Como busca la cierva corrientes de
agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios”. Contemplo la
pila del agua bendita. Tengo sed de ti, Señor. Me signo. Tú apagas mi sed. El
agua me recuerda que soy hijo tuyo por el bautismo; la señal de la cruz me
indica el lugar donde está persona: en el corazón traspasado de tu Hijo; y en
los sacramentos la fuente.
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