Desde Sagunto hasta Valencia la Via Augusta constituye el
eje sobre el que se asientan los caminos de San Vicente Mártir, del Cid y de
Jaime I, salpicados éstos por las antiguas alquerías árabes. Sigue el caminante
recorriendo el tramo de la “Conquista de Valencia”. Así en las proximidades de
una de ellas, rodeada por los huertos de naranjos y hortalizas, en el corazón
del cementerio, se encuentra la ermita dedicada al Santísimo Cristo de las
Almas.
Fue aproximadamente en 1816 cuando el sacerdote D. Manuel Lorente
González promovió la construcción de este edificio. Posteriormente en 1871 se
levantó la fachada rematada en frontón
triangular y una amplia espadaña con su campana y cruz de hierro y una leyenda:
“1971-1º Centenario”. En el interior, de estilo clasicista, con bóveda de
cañón, se encuentran enterrados varios párrocos. En el altar se venera la imagen del titular, asentado sobre la roca del Gólgota, esculpida
tras la contienda, debido a la destrucción de la original.
D. José Sanchis Sivera escribió en su libro Nomenclator
Geográfrico-Elesiástico de los pueblos de la Diócesis de Valencia, publicado en
1922: “celebran fiestas a los Santos Abdón y Senén el 30 de julio y a la
Inmaculada, Rosario y Cristo de las Almas, el primer domingo de octubre y dos
días siguientes” (pg.23). Tradición que
permanece, si bien ubicada durante la primera semana de septiembre, cuando
tiene lugar la “baixà” o traslado del Cristo hasta la Iglesia, donde permanece
hasta diciembre.
Lectura: 1 Tesalonicenses 4,13-14
Oración: Padre. Todo me habla de la vida en este lugar.
La semilla que el labrador plantó en la huerta, muriendo para germinar una
nueva planta. Los cuerpos enterrados en el camposanto, germen de la nueva vida.
Trato de penetrar con la imaginación en el interior de la ermita y contemplar
con el corazón al Cristo de las Animas, rostro inclinado hacia el abismo de la
muerte para animar el alma y elevarla. Rezo “Dios llevará consigo a los que han
muerte unidos a Jesús”.
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