domingo, 21 de septiembre de 2014

Alboraya. San Andrés.


“Mucho le gustaban los domingos, con su libertad para levantarse más tarde, sus horas de holganza y su viajecito a Alboraya para oír misa; pero aquel domingo era mejor que los otros, brillaba más el sol, cantaban con más fuerza los pájaros, entraba por el ventanillo un aire que olía a gloria”, escribió Vicente Blasco Ibáñez en la Barraca, retratando lo que años más tarde contaba un labrador a Luis B. Lluch Garín: ““… i els diumenges i els dies de festa se omplia de gent l’Ermita; i se abríen les portes i se ficaba un toldo desde eixes anelles de ferro. I debaix de l’ombra es posaben bancs hasta aquell arbre… ¡Donaba gloria vore les festes que ací es feien” (o.c.pg.317).

De aquellos pretéritos tiempos son testigos calladas las ermitas de las alquerías, cual la que duerme  en el “Masía del Retor”. Lugar construido en 1893 como capilla particular junto al “camí Fondo” en la partida del Mar. Ella acoge al caminante con su fachada imitando el muro de sillería y rematada por una cornisa, acroterio sencillo, espadaña en línea gótica cubierta por un tejadillo triangular coronado con una cruz de hierro forjado. Destaca la elegante ventana gótica con parteluz y trifolio en el tímpano del arco trebolado. El interior tiene bóveda de crucería y óculo en el altar. Luis B. Lluch Garín anota las imágenes que allí se hallaban cuando él la visitó en 1962: san Andrés, san José, el Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen del Rosario, “que ahora está en la parroquia de Alboraya” (o.c. pg.317)

Lectura:   Isaías 40, 9-11

Oración:  Padre. Fácil es imaginar los labriegos, los domingos cansados de las largas jornadas cultivando pacientemente el fruto que apaga la sed en el verano, arrodillados ante el altar, escuchando al sacerdote y saciando el hambre con el pan de vida. “Aquí está vuestro Dios… lleva en brazos a sus corderos”. Rezo por ellos, por tantos hombres y mujeres de largas jornadas en las fábricas, los bares y restaurantes, el campo. Lleva en brazos a quienes el cansancio hace flaquear las piernas.

 

 

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