Sigue
el caminante subiendo el barranco del Carraixent y jugueteando con la
serpenteante y ancha acequia de Moncada,
mientras, dejándolas tras de sí escruta entre las calles sobrias y monacales
ermitas. En su camino le acompaña el poeta y su burro: “la luna, que sube, redonda, sobre la ermita
de Montemayor, se ha ido derramando suavemente por el prado, donde aún yerran
vagas claridades del día; y el suelo florido parece ahora de ensueño, no sé qué
encaje primitivo y bello” (Juan Ramón Jiménez. Platero y yo).
Tierras
de ermitas y fuentes donde detener el alma, saciar la sed y elevar la mirada
hacia las blancas paredes de edificios, puertas donde los caminos se encuentran.
Así en un extremo de la plaza de Gafaüt se levanta este pequeño santuario
del s.XVII, exento y acompañado por la
cruz metálica y el pozo de Santa Bárbara.
La
fachada sobria cuenta con su puerta adintelada, panel cerámico con la
representación de la titular y una leyenda, “Els Festers. Any 1977”, ventana
cuadrada y espadaña con tejadillo y campana. Ésta pesa 53 kg. y fue fundida en
1940. Añadiéndose con posterioridad un moderno y original reloj de sol.
El
interior tiene bóveda de cañón con lunetos, grandes florones y adornos
barrocos, mientras las paredes han sido decoradas con pilastras adosadas y
acanaladas coronadas por capiteles corintios que sostienen la cornisa.
Destacando el altar dedicado a San Antonio y en el presbiterio la hornacina
donde se venera la patrona del barrio, a quien los hombres de 40 años celebran
la fiesta.
Lectura: Juan
4, 1-42
Oración: Padre. El pozo, la cruz, la ermita, el
retablo, el reloj, la campana. Los días discurren con el caminar lento,
pausado, apresurado y veloz. El sol sigue su andadura iluminando el lugar,
acompañando la vida de los vecinos de este barrio. Me siento en los peldaños de
la cruz y escucho: “dame de beber”. Me pregunto: ¿quién me está pidiendo de
beber en estos momentos? En mi hogar,
lugar de trabajo, de ocio o vecindad,… sea pozo donde puedan beber.
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