Citando a
Antonio Chabet, escribía Luis B. Lluch Garin: “En el capítulo celebrado por el clero
parroquial de Murviedro el día 2 de enero de 1726, consta que don Jerónimo
Barta, presentó un memorial en nombre de todos los vecinos del barrio de la
Porta Nova, suplicando se les concediera licencia para construir en dicho
barrio una Ermita al Arcángel San Miguel, en el punto donde años atrás había
una álamo plantado. Desde muy antiguo los vecinos del barrio de la Porta Nova
tenían gran devoción a San Miguel, cuya imagen estaba pintada sobre una tabla
que se veía en la parte superior del arco de dicha puerta, hacia el interior de
la villa. Esta devoción arrancaba del vecino convento de Trinitarios, cuya
primitiva iglesia estaba dedicada a San Miguel, y la misma invocación llevaba
el hospital anejo. Esta Ermita que se hizo con el producto de las limosnas de
los feligreses, no se concluyó hasta el año 1746”.
El edificio está situado
en el número 54 de la calle Major. La fachada es recta, contando con la
espadaña donde se sustenta la campana con la epigrafía “MARIA DE LOS DOLORES /
29-9-1946 / MAYORALIA DE S.MIGUEL” .
Descendiendo la mirada y tras contemplar en el ósculo moldurado con el
retablo del arcángel, una gran piedra indica: “ “Desta Puerta los umbrales-No
puede pasar-Luzbe-Porque dentro está Miguel. Año 1746”. En un lateral se halla
el reloj de sol con la inscripción: “1794”.
El interior es planta
oval exenta, rodeada por cornisa que sirve de soporte a la pequeña cúpula. En
el centro se encuentra el retablo neoclásico con la imagen del titular.
Lectura: Daniel 12, 1
Oración: Padre. Leo la inscripción, medito tu Palabra. La vida es
lucha constante. Todo es combate. Pienso en las palabras del
papa Francisco “tristeza, vértigo del aislamiento, momentos apáticos y aburridos”,
golpes que sacuden a tus hijos bautizados, pero ante los cuales Tú presencia y
los mensajeros enviados por ti, no pueden penetrar en la profundidad de mi
corazón, donde arde la auténtica alegría.
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