El Camino del Cid
se funde con el camino de Jaime I, hallando en este paraje un hito donde la
leyenda y la historia caminan de la mano, uniendo la batalla de Enesa o El Puig
con la aparición de san Jorge. El hecho memorable ocurrió el 20 de agosto de
1237 cuando D. Bernardo Guillén de Entenza, tío de Jaime I, presentó en este
lugar batalla contra el ejército moro de Zayyan, uniéndose a las tropas
cristianas san Jorge, quien montado
sobre un caballo blanco y con una cruz roja en el pecho, sembró el terror en las
huestes del rey de Valencia
Una cruz fue
levantada en el lugar, peregrinando a ella los jurados de la ciudad de
Valencia, quienes durante el s.XVI decidieron, sustituirla por otra de piedra y
con la ayuda del cenobio mercedario de El Puig, y construyeron la ermita. Ésta
fue restaurada en 1926 por el arquitecto modernista Manuel Cortina Pérez.
El recinto,
propiedad del ayuntamiento de la capital del Turia, acariciado por los campos de naranjos y un
bello jardín tiene forma de torre, con muros de mampostería reforzadas
las esquinas, dinteles y jambas con sillares, rematado por una cúpula octogonal
levantada sobre suaves pechinas y coronada por una bola cimera sobre la que se
alza una sencilla cruz de hierro forjado. En las paredes exteriores sendas
piedras grafiadas informan: “'Lo glorios Sant Jordi al exercit del rey En Jaume en aquest lloc
se aparegué. La ciutat feuli bastir esta ermita en l'any MDLXXVI'” y “'L'Excm.
Ajuntament de Valencia restaura este santuari beneintlo de vell nou dia IX del
mes de octubre any MCMXXVII'”. En el interior se conserva un cuadro
mosaico con la representación del santo.
Lectura: Isaías 26,1-4
Oración: Padre. Contemplo la ermita y en la paz y el
silencio de la fronda, escucho tu voz. “Ciudad fuerte, fortificaciones,
murallas, puertas, confiad siempre en el Señor”. Eres mi fortaleza, el que
mantiene la paz en mi interior, la roca sobre la que construyo mis sueños.
Repito pausadamente, al compás de la brisa marina, “confiad siempre en el
Señor”.
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