Cerca de la antigua
N 340 se halla la ermita levantada con
el fin de conmemorar la batalla de El Puig, cuyo acontecimiento es representado
en el tímpano de la puerta.
En honor al auxilio divino se levantaron en el lugar
sucesivas edificaciones, conservándose la campana, fundida en 1659. A una de
ellas aludió D. José Sanchis Sivera: “Existe una ermita en honor de Nuestra Señora de la Misericordia, que es
muy antigua, y aunque su patronato y el nombramiento de ermitaño pertenecía al
cura, por estar en tierras que eran del clero de san Juan, de Valencia, se
entablo pleito que se transigió en 3 de abril de 1745, estipulándose que el
referido clero lo nombrase y el párroco de Meliana lo aprobase” (Nomenclator,
pg. 293). Posteriormente en 1906 cuando quien fuera su párroco, el Dr. D. Fernando Gimeno Puchades, concluyó la
actual ermita, costeada a expensas de este sacerdote y la feligresía. Años más
tarde, en 1999 fue restaurada, devolviendo la belleza original, al que es el
corazón mariano d ela localidad.
El edificio de formas historicistas tiene
fachada rematada con espadaña, cruz de hierro, puerta de medio punto sobre la
que se abren tres ventanas. Es de planta de cruz latina, sobre la que se alza
la cúpula formada por aristas unidas en clave central sobre octógono. Acoge en
su interior la imagen de la patrona, la Virgen de la Misericordia, quien
sostiene en sus manos el Niño Jesús y una azucena.
Lectura: Salmo 31
Oración: Padre. Estas son mis preocupaciones. Tú las conoces,
sabes cuan profundas son, cual raíces que ahogan la piedra de mi corazón. Una
red tejida por las burlas, los conflictos y las incomprensiones. Te las
presento, mientras la mirada se dirige hacia las cruces elevadas hacia lo alto.
Rezo con el corazón del salmista y contemplo la puerta. Allí dentro se halla la
roca de mi refugio y el alcázar donde me salvo. Con el corazón abro la puerta,
entro y al fijar la mirada en María y Jesús te digo: en tus manos abandono mi
via, mi destino está en tus manos.
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