domingo, 21 de septiembre de 2014

Meliana. Virgen de la Misericordia.


Cerca  de la antigua N 340 se halla  la ermita levantada con el fin de conmemorar la batalla de El Puig, cuyo acontecimiento es representado en el tímpano de la puerta.

En honor al auxilio divino se levantaron en el lugar sucesivas edificaciones, conservándose la campana, fundida en 1659. A una de ellas aludió D. José Sanchis Sivera: “Existe una ermita en honor de Nuestra Señora de la Misericordia, que es muy antigua, y aunque su patronato y el nombramiento de ermitaño pertenecía al cura, por estar en tierras que eran del clero de san Juan, de Valencia, se entablo pleito que se transigió en 3 de abril de 1745, estipulándose que el referido clero lo nombrase y el párroco de Meliana lo aprobase” (Nomenclator, pg. 293). Posteriormente en 1906 cuando quien fuera su párroco, el  Dr. D. Fernando Gimeno Puchades, concluyó la actual ermita, costeada a expensas de este sacerdote y la feligresía. Años más tarde, en 1999 fue restaurada, devolviendo la belleza original, al que es el corazón mariano d ela localidad.

El edificio de formas historicistas tiene fachada rematada con espadaña, cruz de hierro, puerta de medio punto sobre la que se abren tres ventanas. Es de planta de cruz latina, sobre la que se alza la cúpula formada por aristas unidas en clave central sobre octógono. Acoge en su interior la imagen de la patrona, la Virgen de la Misericordia, quien sostiene en sus manos el Niño Jesús y una azucena.

Lectura:  Salmo 31

Oración:  Padre. Estas son mis preocupaciones. Tú las conoces, sabes cuan profundas son, cual raíces que ahogan la piedra de mi corazón. Una red tejida por las burlas, los conflictos y las incomprensiones. Te las presento, mientras la mirada se dirige hacia las cruces elevadas hacia lo alto. Rezo con el corazón del salmista y contemplo la puerta. Allí dentro se halla la roca de mi refugio y el alcázar donde me salvo. Con el corazón abro la puerta, entro y al fijar la mirada en María y Jesús te digo: en tus manos abandono mi via, mi destino está en tus manos.

 

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