domingo, 21 de septiembre de 2014

Albuixech. Cristo de la Misericordia.


La etapa del Camino del Cid, siguiendo el sendero número 52, El Puig-Valencia atraviesa el que fue llamado por los moros Abu Xech o alquería del bosque, encontrándose en su tiempo rodeada por olivos.

“Despertaba la huerta, y sus bostezos eran cada vez más ruidosos. Rodaba el canto del gallo de barraca en barraca; los campanarios de los pueblecitos devolvían con ruidosas bajadas el toque de misa primera”, arropado por estas palabras del escritor Vicente Blasco Ibáñez, el peregrino camina por las calles de este pueblo y su barrio de Les Sidres, contemplando los campos, cultivados desde tiempo inmemorial. Y en lugar tan evocador: la ermita, con las estaciones del via crucis. Una de las cientos que acompañaron la dura vida de los labradores en las largas jornadas de “sol a sol”.

Fue en mayo de 1965 cuando Luis B. Lluch Garín, visitó el lugar y escribió:  “Su aspecto exterior es agradable y alegre. Tiene tejado a doble vertiente y en lo alto una espadaña de pilares con talud, frontón terminal, cruz de hierro y una veleta con la figura de un gallo. En la fachada una moldura de sección rectangular, da cierta gracia al revoque, y bajo el alero hay un retablo [en él se ha pintado la figura del Crucificado] con esta inscripción,  Ermita del Stmo. Cristo de la Misericordia.-Albuixech. Año 1951. A expensas de [se hallan grabados sus nombres]. Devotos de esta Iglesia de Albuixech”. 

El interior es de planta rectangular, levantándose sobre cuatro columnas el altar con el nicho central, dedicado al titular.

 Lectura:  Salmo 65, 10-14

Oración:  Padre. Bajo la mirada del Cristo de la Misericordia, cuya sangre riega la vida de tus hijos, contemplo la huerta, mientras rezo: “Tú cuidas la tierra y la riegas, la colmas de abundancia; las acequias de Dios van llenas de agua”, arterias por las que durante siglos el preciado líquido fertilizaba los campos, cubriéndose éstos de mieses. Camino siguiendo las estaciones, el via crucis, la acequia por la que fluye el manantial de tu Misericordia.

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