El viajero inicia el tramo “la Defensa
del Sur” y acompañado por el Cid se dirige hacia Orihuela, atravesando
Valencia, Benetusser, Alfafar, Massanassa y Catarroja, y deteniéndose en Albal,
pueblo regado por las acequias Real del Júcar y de Favara. Allí en la frondosa
pinada y bajo la mirada de la ermita descansa el peregrino.
Asciende hacia él la luz irradiada por
la memoria: corría el año 1289 cuando un pastor de Torrente andando con su
rebaño se durmió profundamente y al despertar halló en la cavidad del tronco retorcido de un olivo la imagen de
santa Ana, con la virgen niña en sus brazos.
Aquel lugar pronto fue venerado por las
gentes de la comarca, levantándose en 1894 el edificio actual de estilo
neogótico. Éste tiene fachada con atrio de seis arcos apuntados, sobre los que
se levantan tres cuerpos delimitados por dos agujas en las esquinas con remate
de chapitel y faldones y dos pilastras embebidas entre las que se alza la
espadaña con su campana de 1723 y cruz.
El interior es de planta rectangular, bóveda de crucería, coro a los pies y
cuatro capillas laterales cubiertas por bóvedas de arista, venerándose, entre
otras l las imágenes de los patronos de la localidad: Santa Ana y san Blas. La
imagen de la “Sentaneta” fue reconstruida en 1936 sobre los fragmentos
profanados durante la Guerra Civil, abandonando el lugar tan sólo en contadas
ocasiones: durante el cólera, en1964, 1989 y 2014.
El edificio además cuenta con la casa
del ermitaño y en la parte posterior se conserva un retoño del olivo donde fue
hallada la talla.
Lectura: Eclesiástico 44, 10-15
Oración: Padre. Bajo la mirada de esta ermita, recuerdo
la historia transmitida por los antepasados de las buenas gentes de este
pueblo. Medito tu palabra: “hubo también hombres de bien, cuyos méritos no han
quedado en el olvido”. Y te pido por ascendientes, quienes a través de las
tradiciones contadas en mi infancia me transmitieron la fe, la experiencia de
un Dios que sale en el camino a nuestro encuentro.
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