lunes, 16 de febrero de 2015

Algemesí. Virgen de la Salud.


El peregrino sigue sumergido en el pueblo que levanta sus torres humanas, la “muixeranga” en honor de su patrona, la Virgen de la Salud. 

Así sorprende al caminante que busca a Dios en el casco antiguo de esta ciudad hallar bajo el voladizo de un balcón, situado en la confluencia de la calle Mare de Deu de la Salud con Domenech de Gamieta, una pequeña capilla dedicada a nuestra Madre.

La puerta adintelada, forjada por modernas rejas de aluminio y cerrada por ventanas de cristal, acoge la mirada de quien por devoción o curiosidad se asoma. Cuenta además con un pequeño zocalillo donde se anota la fecha “1976”.

En el interior queda el peregrino iluminado por la imagen de la Virgen de la Salud sedente, con el niño en un brazo, mostrando con la otra mano el lirio. Ésta es venerada en el interior de una hornacina. A su alrededor modernas pinturas representando la Anunciación, la Coronación de la Madre de Dios, San Joaquín y Santa Ana con la Virgen Niña, invitan al peregrino a la contemplación de los misterios marianos.

El espacio es rectangular con techo plano del que pende una lámpara de cristal, que ilumina a cuantos desde el atardecer hasta el amanecer se acercan al lugar. Todo él está bordeado por una escocia ribeteada de oro.  Las paredes laterales han sido adornadas con un zócalo y los motivos marianos “Fons Salutis” y “Pozo de Sabiduría”.

Contaba una vecina al ermiteador Luis B. Lluch Garin el día de la fiesta se abrían las puertas y llenaban la habitación de cirios, adornando “el carrer en banderes, paperets i palmeres, i el vent mou les paperets”.

Lectura:   Juan 19, 27b.

Oración:  Padre. “Desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa”. Fácil es imaginar como la vida del discípulo amado cambió. Y no sólo la propia sino la de cuantos vivían cerca de ella en Jerusalén y Éfeso. Al asomarme por la ventana la miro y como el apóstol Juan la acojo en mí casa, para que ésta sea como la casa de Nazaret, un lugar donde en la noche de las personas se irradie la luz del Evangelio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario