Bocairent. Santo Tomás.

El peregrino prosigue su caminar siguiendo la ruta que el templo de Delfos (Grecia) con Tarifa (España), la GR-7 o Sendero Europeo E-4, absorto en la contemplación del Eden o paraíso terrenal de la Comunidad Valenciana, el Parque Natural de la Sierra Mariola, de las plantas medicinales y aromáticas y los cultivos de olivos, cereales, girasol,…, donde libremente vuelan el águila real, el halcón, el búho, la lechuza y campean los gatos salvajes, el tejón, el zorro,… escabulléndose entre las fuentes secretas y los bosques, y  décadas atrás de masías de Nou, Bassa Nova, Teular,  los labradores sembraban de esfuerzo y sudor las rojizas tierras. Una pista forestal asciende desde la carretera de Bocairent-Alcoi (CV-794) hasta el Mas del Parral, reconvertida en una acogedora casa rural. Allí, protegida por grandes carrascas y cipreses,  se encuentra la ermita dedicada al arzobispo de Valencia, santo Tomás de Villanueva (1486-1555). La pequeña plazoleta con su mesa y silla, invita a contemplar la Mariola y la Font Roja.

Alzando la mirada la puerta de arco de medio punto enmarcada por grandes dovelas,  con la inscripción 1768 y bajorrelieve de san Jorge, invita al peregrino a entrar en la ermita de estilo que rememora el románico. Pero antes los ojos sobrevuela por el  farolillo, la ventanilla de arco lobulado, el frontón triangular quebrado y la espadaña con su campana y cruz. En el interior blanqueado y rectangular, con bóveda de arista sin nervios, sustentada por los boceles o capiteles de las pilastras, sobresale el dorado retablo barroco con la imagen del titular amparando a un niño y en lado derecho san Francisco protegiendo a los familiares de los moradores. En la pared derecha destaca el púlpito y frente a él la puerta de la sacristía, un cuadro de Santo Tomás dando limosna a los pobres y de la Virgen del Rocío.

Lectura: Salmo 55, 23

Oración: 

 Padre. ¡Cuánta paz hay en este lugar! En la tarde de los sentidos medito la oración de David “encomienda a Dios tus afanes / que él te sustentará; / no permitirá jamás que el justo caiga”. A ti encomiendo mis deseos, pero sin evadirme, pidiéndote me ayudes a escuchar los afanes de quienes me necesitan