viernes, 4 de octubre de 2019

Banyeres de Mariola. Santísimo Cristo.


El peregrino  orar en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Misericordia, situada en la plaza Major. Toma la calle Aljibe, a la que sigue la dedicada a la Magdalena con su amplia y empinada escalinata y sus casas escalonadas.Medita el vía crucis recorriendo el  zig-zagueante  calvario. En la cima ora ante el monumento dedicado a los antepasados, testigo de la misa de campaña y proclamación de los capitanes del año siguiente.
En la explanada se alza la ermita construida sobre un antiguo templo del siglo XVIII, “bajo la advocación del Santo Cristo, al final de una larga cuesta, adornado de cipreses, en la cual se encuentra el vía crucis” (Madoz, 1846), “que se ha derribado y se está reconstruyendo y un vía crucis fundado en 1775 (Sanchis Sivera, 1922).
La obra, de estilo neogótico, fue dirigida por el arquitecto Timoteo Briet. La fachada  consta de sendos contrafuertes oblicuos en los laterales, portada con arquivoltas, tímpano apuntado y gablete rematado por cruz, rosetón, frontón partido coronado por la espadaña de arco apuntado y con la campana Santísimo Cristo de la Agonía de 40 kg., fundida en 1945. A ambos lados, desde 1983 dos retablos de azulejos rinden homenaje a los capitanes moro y cristiano.
El tejado es a dos vertientes cubierto con placas de pieza. El interior se estructura sobre la planta de cruz latina y cuenta con pilastras  con columnillas en las esquinas de capiteles bizantinos sobre los que se apoyan los arcos perpianos o apuntados que sustentan la bóveda de cañón. La reja de hierro separa el atrio de la nave, lugar donde se halla el templete gótico, custodio de la imagen del Cristo, de tamaño natural, madera de melis policromada, obra del artista José María Ponsoda (1887-1965).
Lectura: Zacarías 3, 8
Oración: 
 Padre.  Gracias por ofrecerme una ermita abierta, donde poder entrar y escucharte, mientras mis ojos se funden en los de tus hijo crucificado, buscándote sentado en el cielo, a su izquierda. Le miro, te escucho, “Mirad, voy a hacer venir a mi siervo “Germen”. Y viene a mí como semilla que crece en mi interior, germen de fe, esperanza y amor.


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