miércoles, 31 de enero de 2018

Terrateig. San Vicente Ferrer.


El caminante prosigue circundando la Valle de Albaida y alcanzando el extremo más oriental de la comarca, mientras desciende hacia el mar Mediterráneo, siguiendo el Camino Real, paralelo a la carretera CV 60 Gandía-L’Ollería.

Terrateig, pueblo por donde el mártir de la democracia Gregorio Ordoñez jugueteaba durante los veranos, mientras Doña Consuelo felizmente contemplaba a su hijo, se encuentra en la margen derecha del río Bernisa y al pie del monte Peña-Larga. A seiscientos pasos de distancia se halla la ermita de san Vicent Ferrer.

En la memoria permanece la visita del predicador y así se lo recitaba en 1969 Vicente Navarro, intérprete del labrador Joanet al periodista Luis B. Lluch Garin: nos hallándose el labriego cultivando sus tierras vio al padre Vicente avanzar acompañado por una comitiva de penitentes. Deteniéndose bajo un olivo, se sentó en una piedra y desde este lugar comenzó a predicar el temor de Dios y la conversión mediante la penitencia. Concluido el sermón  hizo brotar el agua de una fuente situada junto al barranco del Morquí. Posteriormente el pueblo le acogió, hospedándose en el palacio. Testigo de ello son la vivienda, la piedra labrada en forma de pila bautismal, el olivo y el pozo.

La memoria de aquel acontecimiento ocurrido el 9 de noviembre de 1410 permaneció viva, alzándose en el lugar la actual ermita y la vivienda del ermitaño. A instancias del barón de Terrateig D. Joaquin Slava Belvis y Mompalau, siendo párroco D. José Sempere Masiá y director facultativo de la obra D. José Calvo, fue colocada la primera piedra el 7 de mayo de 1882 y bendecida el día de la fiesta, el 2 de abril de 1882. El edificio es de fábrica neogótica, con fachada donde sobresale la esbelta puerta neogótica, el frontón y la espadaña. En su interior se halla el retablo neogótico donde se venera la imagen del titular.

Lectura: Proverbios 27, 19

Oración:    Padre. Medito tus palabras, “el rostro se refleja en el agua, el hombre en lo que piensa”. Delante del olivo, imagino al pare Vicent invitándome a cambiar el corazón. Que mi penitencia sea fustigar los pensamientos negativos.

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