El peregrino
del Camino del Cid sigue el vuelo de la corneja y cual caballero del
Campeador, quienes “a la salida de Vivar
tuvieron la corneja a la derecha” (Cantar del Mio Cid, 11), entra en
Guadassequies.
En el corazón
del parque encuentra “su iglesia parroquial, que está dedicada a Nuestra Señora
de la Esperanza, se construyó en el siglo XVIII” (Nomenclator, pg.251). El entorno constituye la víctima inmolada al
río Júcar, para que este no arrase la Ribera con las aguas procedentes del río
Albaida”. Así la construcción de la presa de Bellús en 1995 obligó la
demolición de gran parte del centro histórico, salvándose tan solo el templo,
porque “esta iglesia iba a ser demolida el 16-3-1997. Gracias al empeño de
muchas personas muy válidas de este pueblo no se derribó”, indica al entrar una inscripción grabada en
el piso de mármol. Este empeño no quedó solo en ello, restaurándose durante los
años posteriores.
La iglesia
pertenece al estilo barroco clasicista valenciano, siendo de planta de cruz
latina, con nave central y capillas laterales, cúpula sustentada sobre cuatro
pechinas donde se han pintado los evangelistas, altar mayor donde se venera la
imagen de la “Esperancita vieja”, obra barroca del siglo XVIII. A ella se suman
el Sagrado Corazón, cuadro de la Divina Pastora y los santos de devoción local,
entre otros san Antonio de Padua, san Antonio Abad, el Cristo de Medinaceli, la
Virgen de los Desamparados y San José. Cuenta además con capilla lateral donde
se venera una copia de la tabla gótica “el San Miguel de Guadassequies”,
pintada en 1520 por el artista Roderic d’Osona.
Además cuenta
con un museo parroquial inagurado en 2003 donde se exponen ornamentos
litúrgicos y piezas de orfebrería. Finalmente en la sala de campanas se
encuentran “María, xicoteta” y María de la Esperanza, la campana grande,
fundidas en 1922 y 1935.
Lectura: Miqueas 2,12
Oración:
Padre, me hablas, “los juntaré
como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del prado”, este lugar donde
tus hijos como un rebaño caminamos hacia la Eucaristía, alimentados por tu
Hijo.
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