miércoles, 31 de enero de 2018

Carrícola. Cristo del Calvario.


Después de abandonar el Camino de San Blas, visitar la ermita de san Antonio y la iglesia de san Lorenzo el peregrino inicia la ascensión hacia Carrícola, el pequeño municipio situado a 425 metros sobre el nivel del mar.

Huertos de caquís, naranjos y olivos, huertas cuidadas con esmero, y las arcadas de la fuente del Gatell y los barrancos de Les Passeres y L’Arcà, acompañan hasta el lavadero y la iglesia parroquial de san Miguel. Calles estrechas bellamente decoradas con modernas obras de arte le guían hasta el edificio consistorial de líneas renacentistas  con el reloj y la fuente.

Pero no se detenga el caminante contemplando las construcciones decimonó-nicas, avance hasta hallar la ladera sobre la que se alza la ermita. Mire a lo alto, contemple la sierra, el Benicadell a su izquierda y a la diestra la torre almohade de los siglos X-XII protegida por la fortaleza cristiana alzada durante el siglo XIII. Lugar al que ascenderá después del encuentro con Cristo, contemplando desde allí el Castillo de Xàtiva y el valle blanco, de cabellos rubios durante el otoño.

Desde la calle arranca el calvario con los cipreses, las catorce estaciones blancas con las escenas de la pasión representadas en azulejos de cerámica valenciana y las estrofas invitando a conmoverse ante el dolor de Cristo.

La ermita es pequeña, con tejado a doble vertiente, fachada rematada por espadaña sencilla de hierro sustentando la campana de 2 kg. Santísimo Cristo del Calvario, fundida en 1920. Una amplia puerta de metal con ventana romboidal permite al orante arrodillarse ante la imagen del crucificado, esculpida durante el siglo XIX y contemporánea al edificio. El rostro inclinado tras el último aliento, el corazón traspasado invitan al silencio contemplativo.

Lectura: Zacarías 3, 8-10

Oración:    Padre, abro la Biblia al azar y leo el oráculo sobre “el Germen”, escrito por tu profeta. “Mirad, voy a hacer venir a mi siervo ’Germen’, mirad la piedra que pongo ante Josué, es piedra única con siete ojos”. Fundido por el fuego de la pasión, sin oxígeno, tu Hijo es piedra para descanso de este pecador. 

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