miércoles, 30 de octubre de 2019

Alcoi. San Isidro de Polop.

A levante queda la populosa e industrial ciudad. Al atardecer siguiendo la vía aurea trazada por los rayos del sol el peregrino se dirige hacia el Valle de Polop, una de las veintitrés partidas que comprendía el término de Alcoi (Mádoz). La CV—795, carretera que une la villa con Banyeres, le acompaña en la llanura custodiada por las sierras de Mariola y del Menjador. Tierras sembradas por las hierbas aromáticas y medicinales y los cultivos de cereales;  plantadas por los olivos y almedros; y edificadas con las masías construidas entre los siglos XVI-XX.
Cerca del nacimiento del río Polop y junto a la carretera, se levanta el santuario. De él hay constancia desde el siglo XVII, si bien, hasta mayo de 1884 no fue elevada a coadjutoría, construyéndose la vivienda del vicario o coadjutor (Vilaplana Gisbert). Las inscripciones 1885 y 1891 situadas en la espadaña y cabecero de la nave inducen a considerar la construcción de estas en aquel año.
Posteriormente sufrió reedificaciones y arreglos, siendo a finales de la década de 2010 cuando, a instancias de su párroco Joaquín Silvestre, fue rehabilitado el conjunto y habilitado como albergue.
Ante la ermita se halla una explanada rodeada por frondosos pinos, donde se levanta sobre tres columnas dóricas el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, obra del alcoyano Fernando Cabrera Cantó.
La fachada está integrada por frontón triangular abierto, ventano y óculo, asomándose detrás la espadaña. El interior rectangular con bóveda de cañón apoyada por arcos fajones, es presidido por la imagen del Cristo Crucificado. Consta de altares laterales de estilo neoclásico y neogótico dedicados a la Virgen del Carmen, de los Lirios, San Vicente, el Sagrado Corazón, San Isidro y san José, este acompañado por santa Rita y el Sagrado Corazón.
Lectura: Isaías 58,1-12
Oración:  
Padre. Escucho tu voz. Me indicas cuál es el ayuno grato a tus ojos. Abra mi corazón al hermano, “partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos”. Sea como la tierra, generosa para recibir la semilla de tu Palabra, generosa para entregar el fruto de tu Palabra.
   

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