martes, 24 de diciembre de 2013

Alfara de la Baronía. Virgen de los Afligidos.


Nuestra ruta se adentra por el Camino del Cid. Ésta, con sus diferentes anillos y ramales e inspirándose en el “Cantar del mío Cid” narra la conquista “literaria” e “histórica” de las tierras valencianas.

La puerta de entrada se encuentra en la Vicaría IV, Moncada-Sagunto, arciprestazgo 17, Santo Espíritu y en concreto el pueblo de Algar de Palancia. Si bien la primera ermita se halla en Alfara de la Baronía, pueblo situado a 43 kilómetros de Valencia cuya población ronda los 517 habitantes.  Su parroquia, erigida en 1547 se halla bajo la advocación de S. Agustín.

El santuario se levanta en lo alto de una loma, entre las sierras de Calderona y Espadán, junto al pueblo y rodeada por aquellos cipreses plantados por los niños de la escuela. Así lo contaba, con satisfacción, en 1963 el alcalde al periodista de Las Provincias Luis B. Lluch Garín. Árboles dispersos y juguetones cual niños en una tarde de otoño revoloteando por los alrededores.

Construida durante 1690-1699 es de planta rectangular, con una sola nave y capillas laterales entre los contrafuertes, toda ella cubierta por la bóveda de cañón con decoración sencilla de estilo dórico. Sobresale la fachada de tipología “mixtilínea”, siendo uno de los primeros ejemplos en nuestra diócesis.

Sentado en uno de sus bancos, la mirada se eleva hacia la Virgen de los Afligidos, la que en 1644 liberó al pastor Juan Martínez de una manada de lobos. Imagen barroca profusamente decorada, de mirada directa, retando a las fieras, sostiene en sus manos un ramo de flores blancas y el Niños Jesús, bendiciendo al peregrino.

Lectura: Salmo 23 (El Señor es mi Pastor).

Oración: Padre. Son tantas las personas que llevo en mi corazón. Y entre ellas, recuerdo a las que se ven acorraladas por los lobos del cáncer, el paro, las problemas familiares, la desolación y falta de fe. Hoy como el pastor Juan, te pido a ti y a tu madre, el auxilio liberador.
 
 
 
 

martes, 17 de diciembre de 2013

Ermita de la Almoina


Comenzamos esta nueva sección, en la que siguiendo las rutas que recorren nuestras tierras (caminos de S. Vicente Mártir, Santiago, El Cid, Jaime I, S. Vicente Ferrer,…) conoceremos los pequeños y recogidos lugares de oración: las ermitas.   Además, con el fin de ayudar al lector a visitarlas nos acompañaros de la Biblia y una pequeña oración, transformando la excursión en peregrinación.

La primera no se encuentra abierta al culto, si bien durante siglos fue lugar de peregrinación, corazón de la Valentia visigótica. Siguiendo el  Camino de San Vicente Mártir  nos sumergimos en la “Cripta Arqueológica de la Presó de Sant Vicent Màrtir”. Cual se catacumba escondida en la ciudad, cerca de la Catedral los ojos contemplan los restos del conjunto episcopal visigótico integrado por la catedral, iglesias, capillas y necrópolis.  Apenas unos metros cuadros, donde se levantan el crucero, separado de la nave y el presbiterio por una doble línea de canceles y en el centro un sarcófago.

El espacio, al que se accede por una escalera, nos traslada a los tiempos de los obispos Justiniano, Witicisclo y Eutropio. Son nuestros orígenes, regados por la sangre del santo Oscense, la semilla sembrada por quienes vivían en lo alto de la ciudad, junto al río Turia. El silencio acompañado por la música e ilustrado por el audiovisual nos sumergen en nuestras raíces.

Lectura: Deuteronomio 26, 4-10.

Oración: Padre, como el hebreo desde mi hogar subo hasta lo alto de la ciudad y me acerco a este lugar, donde siglos atrás hermanos míos celebraban la eucaristía, vivían la fe que recibieron de los apóstoles. Hoy hago mía la oración del oferente, mientras recuerdo la historia de mi padre y mi madre, la fe de mi familia y de la Iglesia, hecha gratitud, porque Tú un día estableciste a tu pueblo en esta ciudad, escuchaste el clamor de mis antepasados y condujiste a mi familia por el sendero de la fe hasta el encuentro con Cristo.
Camino de San Vicente Mártir

Información sobre la Cripta Cárcel de San Vicente Mártir