miércoles, 17 de febrero de 2016

Torrella. Cristo de la Fe.


Siguiendo el antiguo Camino Real de Valencia a Madrid encuentra el viajero la Entrada Real de Torrella, “pueblo agrícola, histórico, monumental y vicentino”. Ésta consta de tres torres almenadas dedicadas a la Diputación Provincial de Valencia, san Vicente Ferrer y Fernando VII, quien en el año 1830 pasó por el lugar, obsequiando con cien duros a los niños que le honraron con un baile.

Pero prosiga el caminante hasta el Mirador de la Costera. Allí se sumerge en un jardín de cerámica, con palmeras washingtonias, plantas aromáticas, carrascas, algarrobos y pinos, deleitándose contemplando la Valle de Xàtiva. Las estaciones del calvario pegadas a las rocas le acompañan y le muestran la gruta de N.S. de Lourdes, con la Bernardette rezando el rosario ante María, misterios representados en los medallones. Ya cerca de la ermita ante la fuente reza: “Sant Vicent. Font de Torrella. Dona’ns la gloria per ella”. Así alcanza  la moderna ermita, bendecida por el Obispo D. José Vilaplana Blasco el 28 de abril de 1991. Anexo al pequeño edificio se encuentra la espadaña con la campana (1991).

En el interior del oratorio, los retablos cerámicos muestran a san Vicente Ferrer predicando desde el púlpito de la capilla del Santo Cáliz, mientras los justos ascienden hacia la Virgen de los Ángeles y los condenados, cabizbajos caminan hacia el infierno. En el panel central el santo predicador sostiene al Cristo de la Fe suplicando “Senyor, mira al teu poble”. Y en el brazo derecho es representada la peregrinación a la Basílica de la Virgen de los Desamparados (20 de octubre de 1993). 

Lectura:  Apocalipsis 14,7

Oración: Padre. Iluminado por los colores de los paneles, me arrodillo ante tu Hijo mientras leo en la Biblia de Jerusalén: “Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora del Juicio”. Te pido me ayudes a pertenecer al grupo de los justos, imitando a tu Hijo en la cruz y acogiendo bajo el manto de mi vida a cuantos buscan en mí la misma mirada compasiva que encuentran en nuestra Madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario