miércoles, 17 de febrero de 2016

Llanera de Ranes. Cristo de la Fe.


“Pasa por el pueblo el camino de calzada que desde Valencia conduce a Madrid por Almansa”, anota el tomo 10 del Diccionario Madoz (1847). Siguiendo a los viajeros del siglo XIX el peregrino entra en la “cuna de el Arnadi”, alcanzando desde ella la calle Calvario y ascendiendo el alma en el zigzagueante ascenso, acompañado por los cipreses, el via crucis y siete dolores, con las estaciones de dos cuerpos rematadas por tejadillo piramidal de tejas árabes, esfera de piedra coronada por cruz de hierro. De este modo alcanza el pequeño atrio con la ermita, desde donde divisa la huerta de Xàtiva.

Un panel cerámico le cuenta el origen: “Fue edificado por piedad y devoción de Llanera de Ranes al Santísimo Cristo de la Fe. Siendo cura Don Vicente Bolinches. Año 1981”. Este sacerdote fue párroco del lugar los años 1979-1995. La puerta ofrece al peregrino sendas ventanillas abiertas, desde donde contempla la serena imagen de rostro inclinado, el Cristo de la Fe y  los retablos cerámicos de los misterios de la Resurrección y la Ascensión en los que se elevan dos plegarias: “Por la resurrección de Cristo vivamos con justicia y amor” y “Per la ascensió de Crist pau de Deu als difunts”.

La fachada de sillares y zócalo, cuanta además con óculo esférico, frontón triangular, espadaña con tejadillo y campana, rematada por la cruz y la veleta. Es en la campana de 37 kgr., fundida en 1981 por Salvador Manclus, en ella se encuentra un epígrafe con el nombre del Canónigo de la Catedral, natural de Llanera de Ranes y Canciller-Secretario del Arzobispado (1958-1972), D. José Richart Alzamora.

Lectura:  Crónicas 22, 18-19

Oración: Padre. Después de arrodillarme ante tu Hijo, ante la ermita leo, medito y rezo las palabras de David a los jefes de Israel. “Poned, pues, todo vuestro esfuerzo y empeño al servicio del Señor, vuestro Dios, y disponeos a construir el templo del Señor”. Servirte y adorarte, a Ti que eres quien me ayuda a dominar la tierra de mi corazón y librarla del poder del pecado.

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