miércoles, 17 de febrero de 2016

Llosa de Ranes. Santa Anna.


Inicia el peregrino la ruta de las ermitas de la Costera. Siguiendo la A 7 en dirección Albacete,  entra por el puerto de Cárcer, cuyo frontispicio es el cerro y ermita de Santa Ana, el Mirador del Regne.

A él asciende por los senderos o en coche, desde Llosa de Ranes, siguiendo las indicaciones que arrancan desde la Ronda de la Costera, guiando hacia el antiguo balneario de santa Ana. Una vez coronado la cima, situada a 344 m. sobre el nivel del mar, el caminante observa la original rosa de los vientos y las ciudades grabadas en cada uno de los puntos cardinales y rumbos laterales. De este modo conoce en tres niveles de proximidad las ciudades que se encuentran hacia donde dirige la mirada (p.j.: Lloc Nou, Denia y Atenes). Pero la meta es Dios. Así eleva la mirada y descubre el “soberbio edificio rectangular formado por las ruinas de sus muros anchos y recios de firme mampostería, reforzados por largos contrafuertes de ladrillo” (Luis B. Lluch Garin), levantado entre 1453 y 1456 por iniciativa de D. Roderic de Borja sobre el lugar que ocupaba una antigua edificación (ermitasdelacomunidadvalenciana.com), antaño dotado de sacristía, vivienda del ermitaño y otras dependencias, en estado ruinoso hasta su restauración en 1983-1989.

La fachada “remendada la forma románica pero al más puro estilo gótico” (Carlos Sarthou Carreres,  con arco de medio punto apoyado sobre sendas ménsulas o moldura. La cubierta es dentada y el interior de una sola nave con bóveda de crucería, con los escudos relacionados con Xàtiva, ciudad propietaria del edificio, y la familia Borja, promotora.

Lectura:  Isaías 49,3-6

Oración: Padre. Leo, medito y rezo el diálogo entre el profeta y su recompensa. Hago mías las palabras y al atardecer te expreso mis cansancios. Pero envuelto por las entrañas maternas de la tierra te escucho: “yo era valioso a los ojos de Yahvé”, “te voy a hacer luz de las gentes”. En silencio oro: Padre, envíame a ser portador del Evangelio, sin miedo, con el coraje de quien es tu saeta.

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