Prosigue
el caminante buscando lugares donde pasear por los caminos interiores y los
pasos le conducen al río Albaida, en su discurrir bordeando Manuel hacia el
Júcar. Allí el peregrino se encuentra ante la entrada al antiguo cuartel del
ejército español, testimonio de un pasado que le acompañará en su peregrinar a
la ermita y las salinas explotadas, según D. José Sanchis Civera, desde
“tiempos de Carlos III”.
El
entorno rezuma historia y ecología: las salinas (s. XVIII-XIX), campamento
militar (finales del s.XIX hasta 1996) y polideportivo, desde 2006,
fundiéndose, la industria, las armas y el ocio. Pero prosiga el excursionista.
Y en el silencio, cual eco que brota de la memoria se escucha el toque de
diana, mientras los pabellones, el
lavadero, la torre de telecomunicaciones, custodian el pasado y le conducen hasta la casa del administrador,
protegida por una verja metálica.
Las
líneas del cuerpo principal las definen la espadaña con campana, las ventanas y
las tres puertas, cada una con elementos singulares: la tercera muestra en
piedra labrada el escudo del rey Felipe V y sobre éste la fecha 1723. La puerta
central es de hierro y en ella se forjó el rótulo: “REGIMIENTO MIXTO INGENIEROS
Nº “. Y en la primera sobresale el panel
cerámico formado por veintiocho azulejos de tonos azules y verdes con la figura
central de san Antonio de Padua sosteniendo una rama de azucenas, el Niño Jesús
y el libro, todo él rodeado por motivos vegetales y con esta leyenda: “A
devoción de D. Juan de Escalona. 1767”. Así alcanza la ermita, dedicada
alternativamente a este santo y a S. Fernando Rey.
Lectura: Judit 16, 1-17
Oración: Padre.
En este lugar no pudo más que rezar por los soldados que, dejando los padres y
el trabajo, sirvieron a nuestro país. Pero te pido por quienes se encuentran en
las misiones de paz al servicio de la ONU y la UE. A través de ellos “me ha
librado de tenaces perseguidores”. Es la oración de quienes en Mali, República
Centroafricana,…, experimentan la paz.
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