lunes, 3 de diciembre de 2018

Ontinyent. La Concepció.


Ontinyent es la ciudad de las once ermitas. A ellas se refería el rey Carlos III, cuando mandó escogiesen como ermitaños de s. Vicente Ferrer, sta. Ana, s. Onofre, s. Esteban y santa Bárbara, a extramuros, y N.S. de los Ángeles, sta. Ana, Santísima Trinidad, s. Roque, La Magdalena y s. Jaime a intramuros a hombres y mujeres que supiesen bien la doctrina cristiana y el modo de ayudar en la misa (cf.Lluch Garín. Ermitas y paisajes de Valencia, II, pgs. 164ss).
“En día el arrabal es tres veces más grande que el antiguo casco de la villa” (Madoz, año 1849, XII, pg. 287) y en él, en el número 22 de la calle san Antonio, se encuentra la conocida por los vecinos con el apelativo de “ermiteta”, también titulada antaño Nuestra Señora de la Paz.
Data de 1606 y fue promovido por mossen José Sisternes con el fin de albergar la imagen de la Purísima trasladada en un carro de bueyes desde Valencia. Durante el siglo XIX fue remodelada, estableciéndose en el edificio continuo albergó el primer colegio Pureza de María, recibiendo la visita de la madre Alberta, fundadora de esta congregación.
La fachada de estilo renacentista cuenta con portada formada por pilastras, frontón quebrado, cornisa sobre el que se asienta la hornacina con alto relieve de la Inmaculada, el Padre Celestial y las letanías. Remata la portada el frontón coronado por cruz de piedra. En el lado izquierdo se alza la torre donde se albergan la matraca y las campanas Concepció Purísima de María (2008, 10 kg.), Antonio (1956, 41 kgr.), San Antonio (1942, 72 kg.) y San Antonio Abad (1948, 14 kgr.).
El interior, de única nave con altares laterales barrocos dedicados a sta. Cecilia, s. Jerónimo, s. Antonio abad, sto. Domingo de Guzmán, s. José y sta. Teresa (cf.Lluch Garín), cúpula ciega y moderno altar con la imagen de la Inmaculada Concepción.
Lectura:  Joel 2, 23
Oración: 
Padre, “hijos de Sión, gozaos y alegraos en el Señor vuestro Dios”. Es tu voz, la que dirigiste al pueblo de Israel, a María y en estos momentos a mí. Me conoces, sabes que soy un espejo cuarteado y descorchado, pero Tú me reparas y transformas el otoño en primavera.
 

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