martes, 15 de mayo de 2018

Beniganim. Virgen de los Desamparados ("La Ortisa").


Siguiendo el camino entre el cielo y la tierra el peregrino recorre las iglesias de San Miguel, el Cristo de la Sangre, San Francisco, la Purísima y la Beata Inés y Virgen de los Desamparados, conocida popularmente por el sobrenombre de “capella de “la Ortisa”. Esta se encuentra frente al convento de las Agustinas Descalzas, en la calle Torres. 
El edificio fue bendecido en 1912, y construido a instancias de  Dña. Leonor Ortiz Mahiques (… 1924), siguiendo el proyecto de fray Maseo Company Alfonso (1866-1936), religioso franciscano, entre cuyas obras de estilo neogótico destacan los templos parroquiales de Benisa y Beniarrés. 
Siguiendo la voluntad de su benefactora, formaba parte del asilo de personas mayores pobres, sirviendo en él las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Abandonado a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta,  fue adquirido por el ayuntamiento de Beniganim.
Este excelente exponente del neogótico valenciano consta de fachada, nave y dos espadañas posteriores, de sencilla factura.
La primera muestra la portada gótica con tímpano de estilo bizantino de fondo azul, con el ave maría y las letras doradas, con el epígrafe “ESTA ES LA CASA DE DIOS Y LA PUERTA DEL CIELO”.  Sobre este se abre la cromática vidriera, con sus arcos y columnillas y remata el edificio el gablete sustentando la cruz lobulada.
La belleza del interior atrapa al peregrino en la red formada por los arcos ojivales, la bóveda de crucería y las columnas. La  escalera  conduce a la cripta-panteón presidida por una cruz y con dos sarcófagos a  ambos lados; en la nave de esmerada ornamentación consta de altar con retablo, capillas, púlpito,  coro,  tribunas y vidriera entre los contrafuertes. 
Lectura: Eclesiastés 12, 1-2
Oración: Padre. Alzo la mirada, desde la Puerta del Cielo me invitas a acordarme de ti, “antes de que lleguen los días aciagos”, cuando se oscurezca el corazón. En este momento de paz, me acuerdo de ti, bebo de tus aguas, aprieto mi mano contra la tuya, para en los días de tempestad poder seguir caminando.
 

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