Subiendo al
teatro romano, en la calle del Castillo se halla la ermita, cuya construcción
data de 1814. Del edificio arranca el arco que daba acceso a la antigua
judería, sustentándose en un extremo sobre la fachada. Ésta tiene puerta
adintelada y emplanchada, en la que se ha abierto una mirilla. A ambos lados de
ella destacan los zocalillos con el nombre de la ermita y el número “42”,
presidiendo la portada el retablo cerámico en honor de la titular. El edificio
es coronado por una sencilla cornisa con
acroterio macizo en cuyo centro se alza la espadaña de 1960, la cual custodia
la campanilla (1890 ca.), de 22 centímetros y 6 kilos, rematada por una cruz de hierro forjado con la veleta en
los pies.
La nave con
cubierta a dos aguas, mide dos metros de ancho por tres de largo, albergando el
altar formado por dos columnas con relieves y la imagen de san Blas.
Discretamente en una capillita de cristal se ubica la talla de la titular, de
quien escribió Antonio Chambret en el
libro “Sagunto, su historia y sus monumentos” (1888) afirmaba: “la que desde muy antiguo estaba en la capilla del Castillo. Cuando en
1715, después de concluida la guerra de la Sucesión, se abandonó la fortaleza
de Murviedro, quedó al cuidado de esta Virgen un ermitaño, y después de la
guerra de la Independencia se construyó el actual ermitorio. Antiguamente había
dos beneficios de la parroquia fundados bajo la invocación de Santa María
Magdalena del Castillo” (obra citada por Luis B. Lluch
Garín,“Ermitas y Paisajes de Valencia).
Lectura: Deuteronomio 6,
4-9
Oración: Padre. De la profundidad de la tierra mana el “Shemà”
proclamado hasta su expulsión por quienes habitaban en la judería. Amarás a
Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Contemplo el retablo: ella, santa María Magdalena, te amó hasta la cruz. Oteo
en la oscuridad de la ermita, él, S. Blas, te amó hasta la cruz. Que yo sea
capaz de adentrarme en la profundidad de tu amor, sin miedo, con generosidad.
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