martes, 29 de abril de 2014

Gilet. Monasterio de Santo Espíritu. Virgen de los Desamparados.



A los pies  de la Sierra Calderona  el alma halla la paz y el silencio, acompañada por la comunidad de hermanos menores. En el interior del Monasterio,  dejando atrás la hospedería y bordeando el noviciado, el huerto y la alberca, el ejercitante contempla la ermita, custodiada por dos cipreses.
De ella escribió en el libro “Sant Espirit” el religioso franciscano fray José M. Barrachina Lapiedra: su origen se remonta a finales del siglo XVII cuando se construyó la Ermita de N.S. de la Luz, cuya imagen fue colocada en 1712. Derribada posteriormente se levantó bajo la dirección de fray Maseo Company el pequeño edificio de estilo gótico, cuya techumbre fue destruida durante la guerra de 1936 y restaurada en 1952, entronizando en  el altar la Virgen de los Desamparados, acompañada por las imágenes de Santa Filomena, san Juan Bosco y el Niño Jesús del Huerto, a quien, según contaba un hermano, el día 28 de agosto, los religiosos le ofrecían las primicias del huerto.  Estas imágenes fueron retiradas en 1995 y suplicas con “una atrevida pintura de fray Alfredo Colás”.  
“La fachada esbelta, formada por un aparejo a soga y tizón de ladrillos rojos con puntas resaltadas pintadas de blanco, se apoya sobre un zócalo de sillares. Dos contrafuertes de piedra, en las esquinas, rompen la cornisa y terminan en aguja. Sobre la puerta hay una archivolta de piedra blanca y un rosetón calado. en el frontón se alza un pequeño campanario formado por cuatro ojivas y un tejadillo agudo de chapitel coronado por una cruz de hierro calado” (Luis B. Garin).
Lectura:  Génesis 28, 10-19
Oración: Padre. Aquí me tienes. En el silencio de este lugar, oro. “Ciudad de la luz” llamó Jacob al lugar donde vio una escalera que unía el cielo y la tierra, con los ángeles subiendo y bajando. Así experimento este lugar. En lo alto del monasterio, uniendo mi corazón con el tuyo. Señor como Francisco te canto y siento que Tú estás tan dentro de mí que contigo puedo ascender a las altas cumbres del Evangelio.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario