Levantada en
la antigua judería, su origen se halla en una de las hermandades de penitencia
más antiguas de España, la Cofradía de la Purísima Sangre, la cual se
estableció tras la expulsión de los judíos (1492) en la sinagoga, ubicada en la
calle Sangre Vieja. El mal estado de conservación del edificio obligó en 1601 a
iniciar la construcción de la actual ermita, en la calle Sang Nova,
trasladándose allí en 1607. En 1753 fue consagrada y en 1966 se modificó la
fachada original siguiendo las trazas y
dibujos del arquitecto Leopoldo Blanco.
Sobre la
portada de piedra se alza un retablo de ladrillos con nicho central ovalado,
custodiando la imagen de Jesucristo y el frontón de grandes proporciones,
rematado en cornisa mixtilínea. En el centro de éste se abre una ventana
rectangular y la espadaña de ladrillo, rematada por una cruz de hierro. La
campana bautizada con el nombre “San
Cristobal” fue fundida por Salvador Manclús en 1984.
El interior de
estilo barroco y planta de cruz latina, con capillas entre los
contrafuertes. La bóveda es de medio
cañón y la cúpula, en el exterior, de tejas azules y nervios blancos, es
sustentada sobre cuatro pechinas donde se representan la oración del huerto, la
flagelación, la coronación de espinas y el “Ecce homo”. El altar consta de dos
columnas, con frontón siendo coronado por el cascarón en el que se han
representado la agonía de Cristo y la tradición de quien indica donde se halla
el Maestro. La ermita alberga los pasos de la semana santa, imaginería
posterior a 1942.
Lectura: Apocalpsis 7,9-17
Oración: Padre. Sumergido en el interior de la ermita, contemplo
la sangre de tu Hijo, derramada por el Cordero durante la pasión. No fue en
vano, con esta sangre han sido lavadas las vestiduras, es la que lava mis
pecados y los de mis hermanos. Medito en silencio, “rescatado a precio de
sangre”, mi vida tiene un valor, no el de mis escasas obras, sino el de tu
sangre.
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