lunes, 6 de marzo de 2017

Sempere. Cristo de la Divina Provindencia.




Siguiendo la silueta dibujada por las aguas de la presa de Bellús el caminante entra en el pequeño pueblo de Sempere.

 Éste se halla “situado en el centro del valle de Albaida sobre una colina de poca altura” (Diccionario Madoz), contaba en 1844 con “cuarenta casas de mala fábrica, un palacio del marques de San José, señor del pueblo, iglesia parroquial (San Pedro Apóstol), fundada en 1542” (id.), a la que el sacerdote valenciano D. José Sanchis Sivera añadió “una ermita llamada del Calvario, dedicada al Cristo de la Divina Gracia (sic), la cual fue comenzada en 1740, terminándose diez años después. […]. En nuestros días [1922] se han hecho notables obras de reparación y adorno y en 1894 se fundó una capellanía con carácter coadjutorial” (Nomenclátor). 

Oratorio situado sobre un pequeño cerro, lugar para detener los pasos y contemplar la belleza del embalse y los pueblos de Sempere y Benissuera, éste a escasos metros de la colina.

La ermita la meta del calvario formado por catorce capillas enanas y singulares, carentes de retablo y del cementerio anexo a ella.

Es pequeña, de elevados muros, con tres ventanas góticas en las paredes laterales, cubierta a dos aguas, puerta de arco escarzado, protegida por una reja de hierro, ventana ojival y frontón coronado por adornos piramidales en las esquinas y espadaña fundida en 1992 de 35 ctm. y 245 kg. El interior vacío cuenta con bóveda de crucería y altar neoclásico, sin la presencia del titular, venerado en la iglesia parroquial.

Lectura: Ezequiel 33, 7

Oración:  Padre, al azar abro la pequeña Biblia de Jerusalén y me ofreces estas palabras: “A ti, también, hijo de hombre, te he hecho yo centinela de la casa de Israel”. Rezo con estas palabras, en este lugar donde la imagen de tu Hijo se alzaba como centinela sobre las casas de Benissuera y Sempere. Él es mi centinela.

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