lunes, 27 de marzo de 2017

Montaverner. Iglesia parroquial de san Juan y Santiago.


119. Montaverner. Iglesia parroquial de san Juan y Santiago.

El caminante siguiendo las huellas del Cid Campeador y Jaime I el Conquistador, dos caballeros sobresalientes en el campo de batalla, entra en este pueblo fundado por el monarca. Así lo anotó: “E aquí nós faem una pobla que ha nom Orimbloi e faem altra pobla en Vall d’Albaida, que ha nom Montaverner” (Llibre dels Fets, 502).

Después de visitar los ríos Albaida y Clariano, los puentes “Llarg” y “Curt” y las numerosas fuentes (Senia, Quatre Xorros, Molí, l’Anglés, Ca Blanc y Povil), el peregrino se dirige hacia la Iglesia Parroquial de los Santos Juan y Santiago.

Allí, sobre la puerta le bendice el apóstol san Jaime, mientras contempla la torre concluida en 1763, de planta cuadrada y tres cuerpos. En el primero se hallan los relojes de sol (2002) y mecánico, y en la izquierda el capitel románico con las armas de Aragón y un sillar con la fecha , situados en el segundo y primer tramo. La sala de campanas alberga a María dels Dolors (1941, 56 kg.), María Loreto (1941, 138 kg.), María dels Dolors (1967, 275 kg.) y Santo Tomás de Villanueva (1817, 614 kg.).

La puerta principal de líneas sobrias le introduce al amplio  y espaciado templo, cuya construcción comenzó en 1732 a iniciativa del párroco Dr. Joseph Esplugues Revert (1731-1787). Sobresale la cúpula (1734), el crucero con los retablos neoclásicos de san José y san Blas, el altar mayor, las capillas de la Inmaculada (principios s.XVIII) y de la comunión, ésta de estilo moderno (finales años 50). En su interior se conservan pinturas de Salvador Valero (s.XVIII) en la capilla del Cristo e Ismael Blat (principio del s.XX) y Germán Calvo (segunda mitad del pasado siglo), una pieza de mármol buscarró labrada durante el periodo romano, lápida del párroco Esplugues, la pila bautismal (1909) y las imágenes de Enrique Galarza del Cristo de la Paciencia y san Blas.

Lectura: Eclesiástico 15, 2

Oración:  Padre. Repito en mi interior “como una madre le sale al encuentro, lo acoge como una joven esposa”. El amor que recibe el hijo y el marido experimento cuando entro por sus puertas. Mi espíritu halla hallo paz y sosiego, amor que abrasa.

 

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