119. Montaverner. Iglesia parroquial de san Juan y
Santiago.
El caminante siguiendo las huellas del Cid Campeador
y Jaime I el Conquistador, dos caballeros sobresalientes en el campo de
batalla, entra en este pueblo fundado por el monarca. Así lo anotó: “E aquí nós
faem una pobla que ha nom Orimbloi e faem altra pobla en Vall d’Albaida, que ha
nom Montaverner” (Llibre dels Fets, 502).
Después de visitar los ríos Albaida y Clariano, los
puentes “Llarg” y “Curt” y las numerosas fuentes (Senia, Quatre Xorros, Molí,
l’Anglés, Ca Blanc y Povil), el peregrino se dirige hacia la Iglesia Parroquial
de los Santos Juan y Santiago.
Allí, sobre la puerta le bendice el apóstol san
Jaime, mientras contempla la torre concluida en 1763, de planta cuadrada y tres
cuerpos. En el primero se hallan los relojes de sol (2002) y mecánico, y en la
izquierda el capitel románico con las armas de Aragón y un sillar con la fecha
, situados en el segundo y primer tramo. La sala de campanas alberga a María
dels Dolors (1941, 56 kg.), María Loreto (1941, 138 kg.), María dels Dolors
(1967, 275 kg.) y Santo Tomás de Villanueva (1817, 614 kg.).
La puerta principal de líneas sobrias le introduce
al amplio y espaciado templo, cuya
construcción comenzó en 1732 a iniciativa del párroco Dr. Joseph Esplugues
Revert (1731-1787). Sobresale la cúpula (1734), el crucero con los retablos
neoclásicos de san José y san Blas, el altar mayor, las capillas de la
Inmaculada (principios s.XVIII) y de la comunión, ésta de estilo moderno
(finales años 50). En su interior se conservan pinturas de Salvador Valero
(s.XVIII) en la capilla del Cristo e Ismael Blat (principio del s.XX) y Germán
Calvo (segunda mitad del pasado siglo), una pieza de mármol buscarró labrada
durante el periodo romano, lápida del párroco Esplugues, la pila bautismal
(1909) y las imágenes de Enrique Galarza del Cristo de la Paciencia y san Blas.
Lectura:
Eclesiástico 15, 2
Oración: Padre.
Repito en mi interior “como una madre le sale al encuentro, lo acoge como una
joven esposa”. El amor que recibe el hijo y el marido experimento cuando entro
por sus puertas. Mi espíritu halla hallo paz y sosiego, amor que abrasa.
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