viernes, 17 de abril de 2015

Sumacarcer. Mare de Deu.


El peregrino camina escuchando el rumor de su compañero, el río Jucar. Los naranjos descienden desde las montañas hasta la Ribera en un mar donde sobre las aguas esmeraldas tintinean las doradas naranjas. Él busca a Dios en su mirada y lo encuentra: el singular y escalonado cementerio, la señorial iglesia y en lo alto del cerro la ermita.

Prosigue ascendiendo por la carretera CV-560, en dirección a Navarrés hasta la suave colina donde se levanta un pequeño jardín de olivos presidido por la Virgen María, la explanada y la ermita. Eleva los ojos, recuerda la desolación del lugar descrita por el periodista ermiteador Luis B. Lluch Garín: “el piso es un auténtico y natural trozo de monte con desniveles y salientes de rocas y pedruscos”.

Sin embargo hoy todo es tan diferente gracias a la “Asociació Amics de l’Ermita”, quienes en 1995 promovieron la restauración del santuario cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, si bien durante siglos fue “la ermita sin terminar”. Cual cueva de Belén sirvió de hospital destinado a los enfermos de cólera, casa para las familias sin hogar y corral de ganado.

Así esta mañana descubro la fachada austera con espadaña barroca sustentando la campana de 1891, singular por su función: anunciar con su revoloteo el nacimiento de un niño de Sumacàrcel.

Me asomo por las ventanillas y contemplo la amplia nave con las cuatro capillas laterales, dos sacristías, bóveda de cañón sustentada por los sólidos contrafuertes, zócalo de cerámica con motivos vegetales y agrícolas y el altar, un cuadro de la Divina Misericordia y el retablo barroco donde se venera la Virgen María con el Niño.

Lectura:  Lucas 2, 1-7

Oración: Padre, leo, medito y rezo Tu Palabra. No puedo más que arrodillarme y pedirte perdón por mis silencios cómplices, cuando se prohibe a tus hijos nacer, residir en España, vivir con dignidad. Perdoname, perdónanos por las veces que pasan a nuestro lado buscando un hogar y permitimos abandone la ciudad para nacer, vivir y morir en la cueva del Sur.

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