El
peregrino antes de entrar en Alginet por la antigua Nacional 340, encuentra al
sur de la población el templo del que D. José Sanchis Sivera anotó: “Cerca de la Villa hallase la ermita de
San José, que es el patrón, construida sobre las ruinas de la antigua, de estilo
gótico y de elevada nave, siendo lo interesante en ella la imagen del titular,
obra del siglo XV, la que parece se veneraba en el poblado de Trullas, y al
desaparecer se trasladó a Espioca, y de aquí a Alginet, en 1580” (Nomenclaor, pg.69). Allí se levantó en
1584 la primitiva ermita. Derruida ésta se construyó el actual templo de estilo
neogótico, restaurado en 1997.
El edificio consta de pasillo circundante,
ermita y cuidado jardín, rodeado por una valla en la que se abren arcos
apuntados. Edén abierto a la ermita por la puerta lateral y ventanas, con
cipreses, palmeras, arbustos y un recogido pozo, sobre el que se balancea un
cubo.
La fachada de la ermita consta de puerta
emplanchada sobre tres gradas, inscrita en un arco ojival con archivolta de piedra, rematada en cruz,
tímpano decorado con líneas góticas y románicas. Las farolas, palmeras,
pilastras adosadas y un retablo representando a san José donde se anota la
fecha de la última restauración, custodian la entrada. Sobre la puerta se
levanta el frontón con óculo protegiendo la vidriera y la espadaña de anchos
pilares, con arco ojival bajo el cual descansa la campana. El edificio es
rematado por la veleta y la cruz de hierro forjado. En el interior tiene bóveda
de crucería, murales donde han sido representados escenas de la vida del santo
custodio y retablo gótico con la imagen del titular.
Lectura: Juan 4, 1-26
Oración: Padre. A través de la reja contemplo el
jardín. Leo el encuentro de tu Hijo con la Samaritana. Me pregunto por mi sed,
los anhelos que hay en mí, los sueños y también las falsas aguas que cual
espejismos contemplan y anhelan mi alma. Soy como ella y exclamo: “Señor, dame
esa agua”. José me ofrece el medio para saciar mi sed.
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