jueves, 21 de mayo de 2015

72.Alzira. La Murta (I).



El peregrino se adentra siguiendo la “Ruta dels Monestirs” o sendero de Gran Recorrido 236 (Gandía-Alzira). Éste le conduce al frondoso valle de la Murta o “Vall dels Miracles”.

Allí le esperan 1,5 kilómetros, los que distan desde la casa del guarda hasta las monacales ruinas. Los pasos le guían, acompañado por la callada presencia de los fresnos, laurel, carrascas, madroños, mirtos, algarrobos y palmitos y plantas medicinales, consideradas antaño milagrosas. Escondidos entre las rocas y los árboles, vigilan sus pasos, taciturnamente, el águila perdicera, el búho real, la perdiz roja, el zorro y el conejo. En lo alto otean el mar y la ribera,  los picos del “Cavall de Bernat”, la “Creu del Cardenal” y la “Ratlla”. Silencio y paz, mientras desgrana las cuentas del rosario y busca entre los árboles la luz de quienes en el lugar habitaron. Así desciende por la valle del tiempo al siglo VI, encontrando en oración al africano san Donato y compañeros monjes servetanos. Mientras asciende hacia el corazón del valle salen a su encuentro un grupo de ermitaños, alegres por la noticia: el caballero alcireño Arnau de Serra, señor de la Murta, con la licencia del rey Pedro el Ceremonioso les ha donado el valle, construyendo once ermitas.

Antes de alcanzar el barranco de la Murta le saluda fray Domingo Lloret monje del monasterio jerónimo de Cotalba (Alfahuir), quien con otros hermanos se han establecido en el lugar, creciendo regados por la regla de san Agustín y espiritualidad de san Jerónimo. Con ellos descubre, cual amanecer, las ruinas. Se detiene. Goza de la vegetación, las rocas y las centenarias piedras.

Lectura:  Daniel 3, 52-90

Oración: Padre. Antes de cruzar el puente uno mi oración a la plegaria de los monjes.Con los tres jóvenes cautivos invito al sol y la luna, les estrellas, los montes, colinas y plantas, las aves del cielo y cuantos en este lugar resplandecen, te alaben a ti. En silencio abandonado en Ti, rezo, alabándote por las criaturas sostenidas por tu Providencia.

 

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