El corazón devocional de Carlet se
encuentra ubicado en Pintarrafes, eden, iluminado por la presencia de los
naranjos, palmeras y frutales y la mirada de la emblemática montaña Matamons.
Lugar donde el peregrino tras cruzar la puerta de hierra, entra en este jardín
con su ermtia, casa del ermitaño y zona recreativa, hogar paterno de los santos hermanos Bernardo,
María y Gracia.
Fácil es imaginar al joven moro, quien
tras ser enviado a tierra cristiana se convirtió en el Monasterio Cisterciense de
Santa María de Poblet llegando a las tierras levantinas, predicando las
enseñanzas de Jesús a sus hermanas y huyendo con ellas camino de Alzira, donde
las palmas del martirio les aguardaban.
Dos pueblos unidos desde la Reconquista
por estos santos y un camino 15 kilómetros, cuyo punto de partida es la ermita erigida
en 1666 por el Conde de Carlet D. Jorge Castelví en gratitud por el milagro
obrado a su hijo, quien santo por intercesión de los mártires.
El edificio es de planta heptagonal, con
ventanas abalconadas, cúpula de tejas azules y nervios blancos, sustentada
sobre tambor donde se abren siete óculos verticales y rematada por cruz de
hierro forjado. La puerta de sillares adintelada. Una lápida de piedra situada
a la derecha de ésta anota la siguiente leyenda “VIII Centenario del martirio
de Bernardo, María y Gracia. Carlet 23-VII-1980”. La fachada además cuenta con
un reloj de sol en uno de los lados del santuario.
El interior circular es de estilo rococó,
con altar barroco decorado por columnas corintias arropando las imágenes de los titulares.
Lectura: Eclesiástico
2
Oración:
Padre. Abro la Biblia al azar y leo el texto
que me ofreces: “Hijo, si te acercas a servir al Señor, prepárate para la
prueba”. Oro en el silencio del lugar, imaginando a los santos Bernardo, María
y Gracia viviendo esta Palabra. Medito cada una de las palabras: “todo lo que
te sobrevenga, acéptalo”. Padre, me abandono en ti. Inicio la ruta Bernardina,
acompañado por la Biblia y el santo rosario.
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