En su peregrinar hacia el ecuador el Valle de Alcoy queda a sus pies. El antiguo camino de herradura Játiva-Alicante eleva su alma y adentra en el parque natural El Carrascar de la Font Roja. Con taciturnidad, en el silencio de la sierra, le acompañan el papa mosca gris, el mochuelo, el murciélago, la lechuza, el ruiseñor, águila-azor perdicera, el búho real, la culebra bastarda, la lagartija, el gato montés, el jabalí y el zorro.
En lo alto del monte de San Antonio, situado en la partida de Sant Benet, halla el santuario dedicado a su titular, apreciando excelentes vistas paisajistas de la ciudad.
Hasta 1862 cuando se abrió a la circulación la Nacional 340 por el barranco de la Batalla fue este lugar de descanso y relevo para las caballerías, y cuartel de las tropas francesas y españolas durante la Guerra de la Independencia Española(1808-1814)
En el centro del conjunto situado a 912 metros se eleva la ermita construida durante el siglo XV, de estilo gótico valenciano, con posterioridad fue convertida en casa del ermitaño y venta, al que se añadió el patio destinado a las dependencias de esta.
Actualmente se conservan las pinturas murales florales de estilo barroco situadas en el intradós y enjutas.
La construcción de la segunda ermita se inició en 1773 y concluyó en 1819. La fachada orientada a poniente es rectangular, con puerta adintelada, retablo cerámico de san Antonio y espadaña formada pro dos pilares y dintel, albergando una campana de 72 kg., colocada en 1909 y robada en 2013, sustituyéndose por una silueta de hierro. El interior de planta de cruz griega y estilo neoclásico cuenta con altar mayor y alares laterales decorados con alegorías de la Pasión y la inscripción: “NTRA.SRA. DEL ROSARIO / SU COLOCACIÓN EN 23 NBRE DE 1825”.
Lectura: Eclesiástico 39, 1-5
Oración:
Padre. en el yermo escucho la descripción del sabio, quien “indaga la sabiduría de los antiguos y dedica su ocio a estudiar las profecías”, resumen de la vida de san Antonio. Paseo por este lugar, releyendo tu Palabra, rumiándola y haciéndola resonar en las profundidades de mi desierto interior.